









De forma artesanal, como los cartógrafos de la antigüedad, necesitamos elaborar nuestro propio mapa, un mapa que, esta vez es vital. Las rutas son variadas y nosotros, cada día, debemos elegir hacia dónde marchar, por dónde transitar. Necesitamos referencias, puntos de apoyo para poder reconocer nuestro camino.
Fotografiar me ayuda a percibir ese trayecto, es mi brújula para situarme, para poder encontrarme. Y, cuanto más me adentro en la ruta, encuentro nuevos lugares sin descubrir, nuevos caminos que trazar. Y me surge la pregunta … ¿hasta dónde he de marchar?